
Yo no quiero ser del sindicato
By: juanrico
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Aperture: | f/8 |
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Focal Length: | 6.21mm |
ISO: | 50 |
Shutter: | 1/0 sec |
Camera: | PDC2150 |
La huelga ha sido un fracaso. Yo no quiero ser del Sindicato. Se han acabado los cruceros de lujo para Toxo – ¡ qué pena me da, después de tantos años de “currárselos” ! – Los cruceros se han cambiado a “Titanics” en un pispás – ¡Pobre Toxo, al que se le pone difícil pagarse un pakage de ahora en adelante y disfrutar de las Islas Maldivas, el archipiélago del placer sensual!
No quiero ser del Sindicato. Para dos mil quinientos que hace Méndez al mes por “currito”, no me llega para el menú de degustación en el Bulli. Mejor me apunto al paro, que, con las “chapuzillas” sin IVA voy a sacar mucho mucho más. No me conformo con los trescientos por día. Esto de ser sindicalista no es rentable…
Y para colmo de los colmos, convocamos una huelga, con la connivencia de Zeta, y sólo ganan los okupas y los piquetes violentos, que, incluso en su camiseta roja denuncian con un contundente “ASI NO”, el manporrazo que el sujeto le está propiciando a los esquiroles que quieren abortar la huelga. Sólo trabajan los Liberados, que con banderolas rojas al aire blandían sus ideas, muy modernas ellas, por las calles de las ciudades grandes, con bocatas y autobuses subvencionados en los aledaños de la fiesta, a sabiendas que su nómina está asegurada. A los parados “que le den dos duros” -dijo el castizo.
Ya les adelantaba su amigo y no cejaban en el empeño – “ Mira, Cándido, no seas cándido y no convoquéis más fiestas, que, no es el momento, que no depende de nosotros, que la culpa la tiene la Merkel y el Sarkosy, que me leyeron la cartilla en Mayo y tuve que dar marcha atrás, que nos mandaban con Fidel y la cartilla de racionamiento, que sólo íbamos a tener un Ipo el día de las elecciones, como en Venezuela; que el camarada Chávez les regaló una nevera a cada familia para que bebieran el Cubalibre con cubos de hielo y encima le engañaron, y casi pierde las Generales. Dile a tu “compi” ese Tocho, ese “ladrillo”, que se deje de jaranas y use la mollera, que se le acaban los cruceros, coño! Que ahora el Sindicato que parte el bacalao en el mundo es Yotube, el Facebook y el Twitter ese que si llegan a ser listos contratan a Belén Esteban para la movida y, entonces sí que sobran piquetes y nos echan a la calle. Vosotros sois la Troika del XIX. Nadie os va hacer “puto caso”: coge el dinero y corre”, Cándido, que te lo dice un amigo de los de verdad.
Yo no quiero ser del Sindicato. Irán a mendigar a las puertas de la Moncloa por las migajas del fracaso. Se harán la foto, pero saldrá movida: Zeta recupera la sonrisa de camelo que lucía antes, pero Méndez saldrá afeitado y con unos kilos de menos; a Toxo, suave él, se colocará entre ambos con la cara de estreñimiento que le caracteriza.
Yo quiero ser rey. Dicen que sois del diecinueve, cuando lo de Marx y el capitalismo manchesteriano, que los curratas de entonces sí se lo curraban de niebla a niebla por un plato de porridge, una especie de migas escocesas a base de salvado, que evitan el estreñimiento y los niños se hacían fuertes llenando las carretas de carbón en las minas. !Aquellos sí que eran sindicatos de clase¡ A muertos por docenas y a resistir sin bocata durante las huelgas… hasta que la caja “de resonancia o de resistencia” le saliera telarañas.
Hoy se necesita más dinero, más consumo para gastarlo en el Corte Inglés y no tener que asaltar las tiendas Levi’s en las Ramblas para el apaño y hacerse con “el guapo” sin sacar la pipa para matar un madero. El “proleta” se ha aliado al capitalismo: gastar y consumir, consumir y gastar… Así yo soy el rey – la escuela de los niños gratis y te quitan un riñón o un pulmón y no te cuesta un duro. ¡ Ay si mi abuelo, que era carbonero levantara la cabeza, que se quitaban los piojos a tortazos y los hijos aprendían a sumar a base de restarle horas al sueño, que el maestro se empleaba en otras tareas para espantar el hambre y la miseria y guardar un real para que el galeno aliviara la diarrea. Estos señoritos de bandera roja y plástico – todo un lujo – de fiestas por las calles de Madrid, con bocata y autobús pagado. Así que me echen huelgas a mí.
El día que los hijos aburridos de los señoritos convoquen en el Twiter una fiesta… se acabó la fiesta.
Saben que el pais esta en ruina y lo unico que se les ocurre es gastar en banderitas de plastico y bocatas gratuitos para los manifestantes… pero ni con esas se ve el Zapatos de la Moncloa..
bueno…Una ms de tantas otras…