
Cuando las andanzas de los tres truhanes parecían que iban a tener fin…(Continuación)
* -Había sospechado que las lecciones de preparación para el examen de Ingreso de doña Pura Barroso, maestra de Don Benito, no irían a repetirse más el próximo verano, en casa de Juan Ortiz, en un patio emparrado,y con macetas de geranios que se descolgaban de las paredes, a las que Juana, una de las hijas del casero las mantenía muy frescas y verdes con el agua del aljibe, que, con ayuda de una carrucha, extraía Del Pozo, que, con tanto esmero y fuerza balanceaba el cubo y el culo orondo refregándolo sobre el brocal, no sin antes recogerse la falda entre las piernas, que casi las desnudaba con tal desparpajo y desmesura que el Lolo como el Pecas descomponían la página de la Enciclopedia Álvarez. No se recataba la institutriz de mostrar sus atractivos siempre que se disponía a corregir las sencillas operaciones de aritméticas, y las faltas de ortografía sobre la Cartilla Rubio de nivel diez, y acariciaros el rostro con la desnudez y frescura de sus pechos que profusamente nos ofrecía como premio a nuestro responsable menester de pupilos inocentes. No sólo la insinuación de sus encantos nos servían para alimentar nuestra inquietud sobre la naturaleza de las mujeres, sino un perfume entre dulzón y rosa recorría su vestido vaporoso y llegaba has penetrar nuestro agudo olfato de niños inquietos… Nos advertía el Monazillo que las lecciones de Alicio en su peluquería reunía a mozos de diferentes edades, y las cuentas d multiplicar le salían todas, tanto a los grandes como a los pequeños, y sólo cobraba dos reales al mes, que era fan buen profesor que explicaba las lecciones al mismo tiempo que cortaba el pelo o afeitaba con espuma y brocha d jabón la barba d los grandes; que, incluso daba conversación a Antonio, el hijo de Braulio, el zapatero de enfrente, al que no se le agotaba la conversación si la charla trataba de la película del domingo en el cine de Hilario, el sardinero, siempre que fuera de esos y abrazos entre hombres y mujeres americanos, que vestían trajes con camisa y corbata y sombreros de policías.