
Al otro lado del tiempo. Los tres rapaces continúan sus aventuras en la Viña Romero ( continuación)
..”Mañana por la noche hay cine en la plazoleta de la Victoriana, y ya se han vendido todas las sillas, que cada uno debe llevar de su casa”- cavilaba el Pecas para sí mismo, mientras el Monazillo daba unos gritos tan profundos cuando el doctor Hermógenes le curaba la pedrada que casi me hacía saltar las lágrimas por el dolor que debería aguantar el pobre del Monazillo.
-Oye, Lolo, ¿ no crees que deberíamos invitar al otro Lolo, el Monazillo al cine, y ver si se le ha pasado el berrinche?
La película trata de un milagro del Cristo que se suelta la mano de los clavos para recoger el pan que le lleva un niño como nosotros…
-A mi me gusta más Tambores Lejanos, de tiros y un pistolero muy valiente, que lucha con un jefe de los Apaches, debajo del agua, al que le rebana el cuello de una cuchillada…y cuando el cagao del Monazillo vea la penícula se va a olvidar de la pedrada -añadió el Pecas, muy convencido de que la treta surtirá efecto.
El problema más acuciante consistía en sisar una peseta para la silla, porque al Pecas, por ser vecino de la plazoleta de la proyección le saldría gratis, y a su primo el Lolo, la abuela de la calle la Fuente no pondría reparos a su apremiante necesidad….
-! Qué buena idea has tenido, Pecas¡ exclamó ufano el Lolo, que desde la fechoría del peñascazo al Monazillo no levanta el vuelo.
-Después de la cura del Lolo, voy a ver a mi abuela de la calle la Fuente, y, si no la consigo de ella, le pido a mi abuelo una peseta para traerle tabaco de picadura del Estanquero, y le digo que se me perdió en el camino, y le dejo a Antonio, el estanquero, la deuda…( Continuará)