
La jauría urbana
Una imagen dice más que mil palabras.
Mi pequeña Syrius ha empezado a leer con soltura. Ya, con sólo cinco años, sabe leer las reseñas en las litografías de Estanislao en los bancos de la Plaza de San Francisco de nuestra ciudad, que son resonancias del Descubrimiento y la Conquista del nuevo continente, aunque lo mollar para esta pequeña estrellita el manejo del móvil.
Sucedió que, en un momento determinado de una video conferencia, que entre los dos manteníamos, su videopresencia se redujo de tal forma que solicité su ayuda para ampliar su imagen, que ella, tan solícita como rápida, me inquirió puntualmente con un consejo escueto:
-“Abuelo, golpéame en el móvil para hacerla grande”¡ y el móvil obedeció sin rechistar siquiera.
“Los pequeños saben cosas, que, por ser pequeños, a los viejos no nos conviene saber” ( retrúecano, parafraseando a Antonio Mairena )