
Día de Retiro Espiritual en el Internado (VII)
…( Curso 1959-1960)
“Volver a traer es vivir”-afirmó el escritor Azorín sin ambages.
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-! Otro día lloviendo¡ se lamentaba el Patodonal ante la presencia del Chivita, al que los mayores le habían adjudicado ese heterónimo a causa de su bajo fuste.
-deberías decir una misa a S.Isidro para que dejara de llover – sugirió Valentín, al que el equipo Agunzonari le motejaban como Rodolfo Valentino por tener la cara redon- dita del color de la rosa, más parecido al pellejo de melocotón de la piel de la prima Angélica, aunque tenía unas piernas fuertes sin vello.
-No te preocupes, Valentín, que cuando tenga un hueco diré una misa solemne, y tú serás el monaguillo.
-Nooo, padre, que a mí se me olvida cuándo tengo que tocar el esquilón.
-No seas bruto, Valentín, se dice “la campanilla”!
-Eso, eso, eso, padre; la misa; que si no, no vamos a entrenar, y vamos a quedar los porras en la liga del campeonato.
-Vamos a perder el próximo partido con los lelos del equipo del padre Topo. Perdón, padre, se me ha escapado; quise decir del padre Jurásico. ( Continuará)
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