
La feria de ayer en el pueblo- la verbena de Piti /el plan de Juananto (II)
Juananto, que había pergeñado su plan la noche anterior entre las sábanas, y haber comprobado que las bragas azules con encajes en los bordes de la Felisita, a la que había alzado la falda, como solía ser habitual tal entretenimiento entre los adolescentes aquellos años, cuando las mozas paseaban de bracete unas a otras por la carretera del pueblo, le había dado la idea de acometer su malévolo plan, toda vez que siempre había sentido la irreductible inclinación de declararle su amor cuando cumpliera los quince años.
-Será una buena novia para ti, Juananto, siempre que seas buen estudiante, y abandones tu entrega a las tareas de la taberna -le insistía su progenitor, el Piti,una y otra vez con el fin de que no abandonara los estudios primarios de la escuela municipal de don Enrique.
-Me gusta, y me gusta, pápa. Sus pelos, las pecas y las trenzas me hacen que me sueñe con ella todas las noches.
-¡ jodío polarma! Come, y deja de ser espelenquero, con tanto dale que dale a la zambomba vas a ser un trompetista de primera, como el Niño!
-! Este espontáneo, va a se una bicoca! como siga como va, lo vamos a meter en la banda local, y para qué las prisas -pensó el Piti pa sus endrentos.
( Continuará)