
La jauría urbana- mi conversación con un Paparuco en Badajoz (III) Continuación
-Si, es que ahora estamos “amariconando” las palabras epicenas y ambiguas, por eso de la gresca feminista. Hay que rebautizar las palabras que se prestan a confusión, ¿sabes?. Su mirada se ensombrecía con rapidez, al no comprender la ironía.
-Bueno, ¿ y tu segundo apellido cuál es?
-A mi abuelo materno le llamaban “Cascaenvalde”- sentí por dentro una emoción inconmensurable, al comprobar que él pertenecía ala misma casta social que yo.
-¡Menos mal, Juan, que tienes mote, ja ja ja! – bromeando le hice ver que su abuela tenía abolengo, el que no se pierde con el tiempo ni la historia; los apellidos de clase.
-Joder, Juan, hablas de mis hermanos y hermanas como si hubieras comido con ellos toda la vida.
-Mi padre ha segado en Pelagatos con el boticario ( D. Fernando Hidalgo) y con vosotros muchos años…-el paréntesis lo pongo yo.
-Me encanta el nombre de tu abuelo materno “Cascaenvalde”. Debía haber sido un locuaz dicharachero. Me lo tienes que contar otro día que nos veamos.
-Vale.