
La jauría urbana: Juan Rico, como yo mismo.(Capitulo I)
La jauría urbana: se llama JR, como yo
El emperador Marco Aurelio, que nos advirtió de los envidiosos, de los engreídos, de los fatuos, de los murmuradores, de los pendencieros, de los codiciosos, de los falsos, de los arribistas, de los mendigos, de los políticos, de los ladrones, de los perdonavidas, de los vanidosos…de una caterva de vagos y maleantes en las Meditaciones, no me previno de los indiscretos, que podría encontrarme en la calle.
No es que JR perteneciera a alguna de los especímenes de la mencionada fauna humana, pero me sorprendió su atrevimiento, encontrándome acodado en el mostrador de la Secretaría de un Centro de Salud de nuestra ciudad.
-¿Eres Juan Rico? Una pregunta por la identidad de uno a tiro pegado, me hizo zozobrar.
Debe ser una persona muy cercana, que, aunque indiscreta y no exenta de atrevimiento -no percibí por lo demás nada extraordinario en sus modales. El hecho de que me importunara con el nombre y el apellido, me hizo dudar de su cordialidad, pues nadie que me conociera en el pueblo no utiliza el alias, tan pintoresco y descriptivo que solemos incluso heredar de los ancestros, más útil que los apellidos, que, por no saber leer ni escribir, el paisanaje recurría a los apodos.
(Continuará)