By: juanrico

Jul 24 2025

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.Aquella tarde el Zorrero se llevó de las orejas a Rabiche hasta meterlo en el cuartelillo del Consistorio, a pesar de nuestro desacuerdo, que atentaba contra la justicia, mientras que al Rojo, de arriba De la Villa se lo llevó don Hitchko a su clínica para detenerle la sangría que le recorría el pescuezo tan abundante como a un cochino en el potro de muerte cuando era degollado el día de la matanza…

-“ No tienen derecho. Es un atentado contra Dios, y la Patria, meter al justo en la cárcel, y soltar al bandido,y cobarde” -gritaba toda la recua de la escuela, siguiendo a la comitiva de autoridades por el camino de Zalamea, la calle de atrás hasta la plaza de la Iglesia…

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… Que el Rabiche le abriera con su zarpazo la cabeza al líder Rojo de Arriba De la Villa les preocupara menos que el miedo que pasarían por el camino de Zalamea cuando fueran a ver las películas de indios en el cine de verano, y la pandilla de forajidos nos descubrieran y nos dieran una paliza en el camino; aunque fue bien recibida los ánimos que Rabiche y el Setimo de Caballería convinieron que nos protegerían tanto al salir como al llegar al cine de verano de su pueblo.

-“ Yo no tengo miedo; me guardo una navaja nueva de Teodomiro, y se la “hinco” hasta el mango, y vais a ver cómo sangra por la barriga” -puntualizó el Monazillo, que para las demás empresas y aventuras se mostraba como un “jiñao” de miedo.

-“Tù, lo que eres un fanfarrón; que sólo eres valiente cuando el Pecas y yo mismo estamos a tu lado, pero que tú, sales corriendo y jiñao como una gallina clueca!”…

No le sentó muy bien al Monazillo la advertencia del Lolo, tanto que se sacó un pañuelo de tela sucio del bolsillo, y gimoteó como una muchacha.

-“Y…eso que le has visto las bragas muchas veces a la Felisita; que como se entere, ya no se las vas a ver más; que no se recogerá el vestido al saltar la comba en la plazoleta, los jueves por las tardes, que no hay colegio” – le pinchó el Pecas, con un tono vengativo, de los que duelen, y hacen gimotear a cualquiera, aunque en ese sentido el Monazillo era muy duro, a pesar de los tortazos que su madre le pegaba por ir de parranda con nosotros, que no teníamos pelos en los bigotes ni en las piernas, ni se nos endurecía el pito cuando teníamos ganas de mear, y que el nos chinchaba para provocar la envidia, cuando nos decía…

-“Vosotros sois un par de pavos, que, a mí el pito no sólo se me pone duro cuando tengo ganas de mear, si no que cuando pienso el las bragas azules de la Felisita, me lo tengo que enfriar con agua,o darle meneos hasta que se me pasa”…