Al otro lado del tiempo. Continúan las aventuras de los tres rapaces (IV-J)
Aquella insinuación del Monazillo que le hizo soñar en la tarde que la prima de Cloe se decidiera a ver la película de Mortadelo y Filemón en el juguete de cine que al primo Lolo le echaron los Reyes magos en la chimenea de la abuela de Allárriba, no había quién se la quitara de la cabeza, decidió que Pericoctó, primo de Cloe, que por parentesco tuviera más probabilidad de acercarse a ella en su propia casa, con el compromiso de criarle un capón blanco, que fuera muy macho y pudiera montar a la coneja, además del compromiso de evitar que los cagones de la escuela de Donmanuel siguieran llamándole “Pericoctó” por el pueblo, de cuyo mote era él mismo responsable, al responder a la prima de Cloe que tenía mucha prisa porque Donmanuel le había encarecido que fuera a casa del cartero a recoger el periódico, Falange Española, al que el maestro estaba subscrito, decidió que se lo propusiera personalmente a su prima.
Ya hablaré contigo otro día, Luisa, que ahora tengo mucha prisa; que Donmanuel me ha mandado a ir por “el pericoctó” a la barbería del Gatito…
Ja ja ja. Se partía de la risa al oír a su primo la deformación de la palabra, que ella misma, su prima, se encargaría de que el mote tuviera éxito entre los “cagones” de la escuela nacional de Donmanuel…
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