
Al otro lado del tiempo. Continúan las aventuras de los tres saltimbanquis (IVG-N)
* Aquella tarde el Pecas intentaba superar al Monazillo, muy experimentado en zootecnia por sus relaciones desde muy niño con el muladar, laTorda y la Sonca, dos hembras de mulas sin parangón ni en el término municipal ni en los alrededores, por su docilidad y contundencia tirando del arado romano de doble reja, de las que su padre, el Mancebo, se sentía soberbio…
-A mí me obedecen las mulas, cuando sin usar el zurriago me atienden al riiiaa boooo, aligeran el paso o se fresnan, se enderezan o se paran según los berridos para cada movimiento¡ -presumía el Monazillo de su habilidad con las mulas de labor.
-sabes , Lolo, que mi pápa me va a comprar un caballo de rejoneo, como el que tiene el rejoneador de las corridas de toros de la feria de Castuera del año pasado, que don Diego en su haiga flaman nos llevaron a la corrida, a mi pápa y a mi… Y cuando sea grande voy a ser torero como Manolete, que como murió de una corná en la feria de Linares, le voy a sustituir…; y te voy a quitar la novia, y no voy a criar conejos blancos para ella, como tú. Mi pápa va a hablar con el padre de la prima de Cloe para casarnos el año que viene. !ya verás, el haiga que me compre, va a ser mejor que coche de don a Diego!
En estos dimes y diretes estaban el Monazillo y el Lolo cuando el Pecas interrumpiendo la perorata entre el Lolo y el Monazillo, les dijo el Pecas que había visto correr a los árboles y a los postes de la luz desde el tren entre Castuera y Alange…
-! Tú nunca te has montado en el tren; eres un mete trolas. Y ni siquiera has ido a la feria de Castuera a comer turrón ni a montarte en los Caballitos¡ se defendió el Monazillo intentando desmontar la trola del Pecas, y su defensa de la carrera de los árboles desde el tren.





