By: juanrico

Apr 22 2024

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…(Continuación)

JM, el torero de Herrera, por cuyo sobrenombre era popular en el ámbito de la facultad de F.y Letras en Salamanca, por su entusiasmada propensión a su afición a la tauromaquia, había pasado una noche molesta, de la cama al lavabo, del lavabo a la cama, vomitando toda la noche y la madrugada, como consecuencia del trasiego de vino Cariñena del cual era tan aficionado que no escatimaba ni dineros ni compañeros, acortando las horas por las calles de la vieja ciudad para terminar cerrando los lupanares del barrio chino, en las traseras de la universidad pontificia o Clerecía.

-“No te lo vas a creer, pero anoche coincidí en un putiferio con el doctor Cuesta, afamado catedrático de matemáticas, que, según cuentan las lenguas viperinas, suele corregir los exámenes al calor del amor y el sexo; que si tuvieras la suerte de compartir las horas corrigiendo exámenes, tenías asegurado el aprobado”- me comentaba Manolo muy afectado por singular amistad.

La circunstancia de ser hijo único le proporcionaba la suficiente solvencia económica que se permitía el lujo de disipar los ahorros familiares en juergas y parrandas por la ciudad disfrutando del sabor agridulce del vino aragonés.

-“señorito Manolo, observo que por el olor a vino y la suciedad del lavabo usted ha pasado una mala noche”- mostrándose especialmente cariñosa y solidaria con el estado de mi compañero de habitación.

-“ déjelo que descanse, y ruégale a la sra. Ángela que le dispense de bajar al comedor”- le recomendé a Marinieves encarecidamente, a cuya encomienda accedió con una inclinación de medio cuerpo, muy al estilo oriental.

-“descuide, señorito Juan, que atenderé su propuesta inmediatamente”

No tardaron mucho los compañeros del hostal en interesarse por la salud de Manolo, de tal manera que Paquito de Córdoba, Rafael de Alcalá Guadaira, Dionisio de Castuera, Alvaro de Sevilla, e incluso el marido de la Señora Angela, en llenar de humo nuestra habitación…

(Continuación)…