
Eclipse de Luna llena: sueño de La Luna Naranja
Luna Naranja
( Pinto lo que sueño, sueño lo que pinto- Pablo Picasso)
Protagonizó mi sueño gris de un tiempo sin retorno. Fue un laberinto de dependencias de paredes rojas y matices aislados en negro: -pase por aquí, entren por esa puerta- que daba paso a una estancia repleta de gente que se movían frenéticas siguiendo el envolvente ritmo de un rock moderno; ellas se alzaban las faldas por encima de la rodilla con el fin de facilitar el compás de la acalorada música de ritmo moderno; ellos, aprovechando las vueltas y revueltas abrazaban a las chicas por la cintura, cuyas caderas deseosas de aproximación erótica se doblaban insinuantes a las ondulaciones de su pareja, que sin decoro pegaba las suyas a la provocadora invitación de ella, unas veces retozando el ritmo a sus protuberantes insinuaciones, otras insinuando abiertamente su anhelo de alcanzar cuanto antes el misterioso rincón entre sus apretadas carnes de sus muslos…
– Este es el tercer “barbitúrico”de la noche -Me confesó Lancelot, mientras sus manos acariciaban los pechos de su pareja, a la que recostaba contra la barra de la discoteca, que hacía las veces de barrera, y Ginebra bebía el néctar de brebaje de la lengua y los labios carnosos del pelirrojo galàn, al tiempo que le sujetaba la entrepierna con apasionante apretón.
– Voy por el segundo; y creo que no aguantaré un tercero -le confesé a Lancelot, y a Margot mi hermosa y morena pareja de melena recortada por debajo del lóbulo de su oreja, a la que apretaba sin resistencia el inconfundible pecho de una joven hermosa y bella metida en los incipientes treinta, esposa que fuera del rey Arturo un día.
– No olvidaré esta velada en mi vida, aunque, confieso que es temprano para darla por concluida -me adelantó Margot su pronóstico de placer y paroxismo que la velada adelantaba…( Continuará)





