
La jauría urbana: ruptura telemática.
! Pongo al móvil por testigo que nunca pasaré hambre!
– tú no me haces caso!
– ….
– Tus amigos son unos envidiosos!
– ….
– Ese XX no es de los peores que tienes; pero como yo no te importo nada…
– …
– Te vas a ver más solo que la una..
– …
– Sí, ya lo sé: para ti, tus amigos son imprescindibles…
– …
– No tienes lo que hay que tener y echármelo a la cara; si, te he tenido por un cobarde, y lo eres.
– …
( Ella hablaba desaforadamente a su móvil. En principio pensé que el celular le había gastado una mala pasada, pues parecía darle dentelladas al artilugio, advirtiéndole que había decidido cambiar de compañía… aunque pude comprobar que se trataba de algún problema de fidelidad; de reproches a esos amigos que, verdes de envidia, tal vez por no haberle prestado sus favores, tal vez por verlos felices, les culpaba de su estado… de su triste melancolía a la que se veía expuesta…)





