
La jungla urbana- cinco minutos con Mario
No era tarde, aunque el sol de mediodía se hacía rey en la perpendicular del cielo, cuando un mozalbete en sus tempranos cuarenta me saluda con un parco adiós, que se cruzaba conmigo por la avenida de Pardaleras.
-¡ hombre, espera, y no te vayas tan rápido!- le advertí solícito, y retrocedió.
-hace mucho que no te veo, Mario, desde que tienes novia no te haces ver.
-¡ qué va !- me respondió lacónico, como si le apresurara algo. (Más tarde, nos volvimos a encontrar, esta vez acompañado de una bella mujer joven, con bolsas de compra de una popular tienda de la ciudad.
-¿ cómo va todo ?- me incitó con cortesía plena de cordialidad…( ese TODO, universal que no dice ni pregunta nada: una muletilla que en la “chulería rampante” de la tiranía de la Posverdad, todos soportamos)
– ¿ qué es TODO ? Le repliqué, algo contrariado por mi parte, lo que interpretaba como adolescencia cordial.
-¡ TODO ! Repuso intentando aclararme algo, para seguidamente continuar
-¡La vida! (Mario es escritor, y licenciado en Hispánicas).
-Bueno, cada vez sumando años… ¿y tu padre, cómo se encuentra ?
Ante ayer dimos sepultura a una amiga con sólo sesenta y un año; y hoy leo la esquela en le diario Hoy, otro amigo, aunque no tan cercano, de sesenta y uno, fallece el día que cumplo años. No para La Parca; aunque esta vez me ha librado de su zarpa, pero me vigila.
-La fatalidad, la fatalidad y el Azar!
-Yo, tengo aquí, un dolor de la rodilla -me indicó tocándose el muñón derecho…
-Eres muy joven, para que tengas dolores de viejos- intenté ponderarle su juventud…
-ya sabes lo que se dice de los vicios:” con vicios o te meas en la puerta o en el quicio”
-ja ja ja. Si, y también “el que no tiene vicios, no adquiere prestigio” -me replicó en defensa propia.
-Ya sabes, continué, citando a Jorge Luis Borges, que “El Azar y la fatalidad gobiernan el destino del hombre”
-Yo soy muy malo para las citas, pero he leído algunos cuentos del escritor argentino, y como he publicado algunos cuentos…
-El Aleph es muy difícil, Mario,
-Si, lo es
-Borges, da que pensar -añadí.
-Bueno, me marcho- me dijo en tono de despedida
-!Dale recuerdos a tu padre¡ -intentando ser entrañable con él.
(A.S. Fuimos amigos de “correrías” cuando fuimos compañeros de instituto.)
-¡Igualmente,Juan! Se despidió mientras se iba
-!oye, Mario, que yo no tengo padre!
-continuó relatando algo que no acerté a entender…