By: juanrico

Apr 15 2018

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Habían transcurrido ya cuatro meses desde que Sparrow, el gorrión viajero, hubiera regresado de su viaje a Inglaterra, desde que tomara el avión de regreso a España en Manchester, para llevar un mensaje de su abuelo a Esmeralda, Zafirito y Turquesilla, que, por cierto, se encontraba en Winslow de visita en casa de sus primitas, y, después de haber relatado el viaje de vuelta, que, por ser ya amigo de la tripulación le habían reservado un asiento en el departamento de los hombres de negocio, al que agasajaron con las mejores atenciones nunca dispensadas a una tan diminuta ave… se disponía a cuidar a Blackbird enfermo de gripe, pero que ya mejoraba de la enfermedad, y había iniciado a dar volantadas con la llegada de la primavera, posándose ahora sobre el seto de muérdago, que había perdido la flor de diciembre, y lucía de un esplendoroso verde en el jardín, o la higuera de Indias, las ramas del naranjo o sobre la copa del olivo al borde del sendero…

Sparrow le observaba con ojos llenos de ternura, sobretodo por haber conseguido su total restablecimiento. En estas contemplativas instantáneas se encontraba cuando le llamó la atención que dos hermosas criaturas de tiernas y coloridas alas revoloteaban alrededor de su cabecita marrón, soltando en su vuelo escamas de colores, como los del Arcoíris- rojo, verde, azul, amarillo, naranja, añil y violeta-: eran tres estos diminutos seres, tres ninfas que habían nacido con los primeros rayos del Sol de primavera, de unos huevos de sendas orugas de verde tacto, que habían hecho tres nidos en una de las ramas del cerezo japonés que crecía a orillas del charco del jardín.

-“Parece como si quisieran comunicarme algo”-pensó Sparrow, fijando su parda mirada en el traje de color añil de la mariposa azul.

-“traigo un secreto de Zafirito y Esmeraldita para una niña…”, musitó al oído de Sparrow, que frunció su pico y levantó las alas sorprendido.

La Ninfa de alas verdes dio un salto, temiendo que Sparrow se la comiera de un bocado, y se posó en una flor amarilla en forma de campana, y empezó a libar del cáliz de la “snowdrop”…

-“¿cómo es posible que tenga tanta sed la mariposa de color añil y de alas verdes?” se preguntaba Sparrow que la seguía con la mirada en su hermoso traje azul y verde.

Sparrow no comprendía que las mariposas interpretaran el pensamiento de las niñas por muy lejos que se hallaran, y este menester les requería que tomaran mucha glucosa.

La Ninfa de traje rosa y malva parecía jugar al escondite en frenética persecución de la mariposa naranja con lunares oscuros, volando vertical y en círculo alrededor del plátano de Indias, como si quisieran zafarse de las zarpas de un peligroso depredador, de color gris y de cola larga, al que le apodaban Rabilargo, que los pájaros del bosque temían por su despiadada agresividad.

-“ Una niña, prima de Esmeraldita y Zafirito, quieren apagar las velas del tercer cumpleaños de Turquesilla, su primita de tres años, a la que le aterroriza soplar las velas en las tartas de cumpleaños”!

-“Me han encargado que sean Sparrow, Swing y Robin, los emisarios y las apaguen en el momento debido”- Sparrow se sintió turbado al no estar su naturaleza dibujada para soplar.

Observando la turbación de Sparrow, la Ninfa azul hizo un vuelo vertical hacia arriba, y seguidamente hacía abajo, supo trasmitir el mensaje puntualmente…

-“ los tres amigos voltearían sus alas vertiginosamente alrededor de la tarta de chocolate de Turquesilla, que su mamá había cocinado con primoroso cariño a su prístino retoño”.

Así, como estaba previsto, Sparrow, Robin y Swalow revolotearon alrededor de la tarta del tercer cumpleaños de Turquesilla ante el estupor de los padres, abuelos y tíos, y demás invitados a la fiesta, que, al ser testigos del prodigio vivido, irrumpieron en un clamoroso aplauso repitiendo la canción propia de la ocasión…

-“Cumpleaños feliz, te deseamos Turquesilla

Cumpleaños feliz”.