By: juanrico

Aug 05 2017

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-Abuelo, hoy no han venido tus amigos a la hora del desayuno ! -me dijo Zaphirito poniendo cara compungida, aunque no falta de un tono reprobatorio. Verdaderamente, mis cuatro amiguitos- Sparrow, Swalow, Swing y Robin habían faltado a la hora convenida del desayuno: Sparrow, el más viejo amigo de los cuatro, que desde la primavera pasada ya se tomaba la libertad de posarse en la mesa del jardín, demandando un bocadillo de tostada con tomate y aceite -circunstancia que al ama la sacaba de quicios, pues no le faltaba razón: tan atrevido y confiado se sentía que colgándose del respaldo de uno de los asientos, dejaba caer su diminuto lastre sobre sobre el cojín – y eso, que le había advertido de su temperamento iracundo- casi todas las noches de verano, pues en invierno, dormía sus plumas al amparo de la traviesa del toldo color crema de la terraza.
-“Abuelo, sólo viene Sparrow a desayunar contigo; los demás tienen que haber desayunado ya” -me advirtió Esmeraldita con cara mohína, como si quisiera reprochar a los amigos de su abuelo tan inmerecido desprecio.    

-No, te preocupes, cuando los turistas se hayan. ido, asustados por los anti sistemas de Barcelona, a buen seguro que volverán, piando a la hora del almuerzo, pidiendo pan y tomate, con aceite de oliva de Monterrubio de la Serena.

-Abuelo: ¿ dónde está Monterrubio ? Un pueblo muy importante cerca de Malpartida, el pueblo donde nació tu abuelo.

-Ah ¡ Qué bien !

 Ya verás, como un día volverán, y tendréis la ocasión de conocerlos; y cuando seáis mayores os guiarán en su vuelo hasta allí… 

-¡ Wow!  -gritaron las dos joyitas con indisimulado entusiasmo. 

(Continuará)