
Elegía a una mujer con todas las letras de Malpartida.
Elegía por Paca
No llaran mis ojos de dolor/
por ti./
No merecen mis lágrimas merecido homenaje/
por ti./
Tu valentía de soldado en la primera trinchera,/
merece el más noble de los honores,/
por ti./
No buscaste el reconocimiento de nada y nadie:/
por ti,/
la responsabilidad siempre sobrepasó cualquier frontera;/
por ti/
tu natural intelecto siempre despejó el azaroso horizonte;/
por ti/
nunca fue tan ingrato el designio encomendado;/
por ti,/
tu sincera fe en Dios te ayudó a soportar los avatares
de la existencia./
Nunca desfalleciste ante cualquier contratiempo,/
duro tanto que fuera:/
Generosa entrega a los que más necesitaban/
de ti,/
¡ Qué dura a veces la pesada carga a tus espaldas,/
– para ti/
tan leve y tan gallarda!/
” Dicen de un sabio un día, tan triste y mísero estaba/
que sólo se alimentaba de las hierbas
que en el camino encontraba…
¿Habrá hombre más pobre y miserable que yo?
… y volviendo la vista atrás vio
que otro sabio detrás recogía las hierbas que el tiraba”
Me recitaste, para tu solaz desahogo, el verso de Calderón, que,
por ti/
tu amigo el cura (José María) aquel día /alimentó tu alma/
con el maná del Monte Sinaí,
que,
un día/
Yavé al pueblo de Israel dio a la suya:/
la fe.
“Dios no creó a la mujer, dios es hombre:
tu creaste a dios, ¡ mujer !”(Feurbach)