
La jauría urbana (el hampa )
By: juanrico
Category: Uncategorized
Focal Length: | 50mm |
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ISO: | 1600 |
Shutter: | 1/0 sec |
Camera: | Canon EOS 400D DIGITAL |
La Virgen de Bótoa, por coincidir con el buen tiempo de inicios de Mayo, saca de su casa a los devotos de Badajoz, y en romería sin romeros montan las hermosas y bellas mujeres de estas tierras las grupas de sus corceles para acompañar a su virgen, su talismán – superstición y creencia- hasta los prados comunales de la pedanía, donde pasarán la noche en acampada los fervorosos peregrinos. Disimulando el fervor muchos, entre las bacanales de los menos a lo largo de la noche y durante el día, hasta el regreso, de jarana en jarana, alimentan la tradición estos romeros.
Apostado a la puerta de la farmacia, un mendigo, que no plebeyo, por su porte y calidad de atuendo, el joven me ruega una limosna para comprar la leche de un bebé que ha tenido, sin tener donde “caerse muerto”.
-”Vaya usted a Cáritas, allí le proporcionan un vale que se lo canjearán aquí por una lata de leche para su bébé.”
Advirtiendo por su cara la contrariedad, y sin obtener respuesta me senté dentro.
-” ¿Es usted el dueño”? – con aspecto de pocos amigos y de extrema chulería me espetó sin reparo, y por su ojeriza me solivianté por momentos.
¡“ Ya le dije Cáritas o la policía”! -le trataba de reconducir y disuadir de su pretendido intento.
¡¡¡¡“ No estoy haciendo nada malo, y además a la policía me la paso yo por los c.”!!!
Ante tanta insolencia recogí velas, al tiempo que el delincuente abandonaba el puesto, vociferando desde la entrada, improperios de cierto tono blasfemo:
!“ Métase fu farmacia por los c. y ojalá le salga un cáncer y se muera, viejo”¡
Por las maldiciones se puede deducir de la etnia a la que pertenecía el sujeto. Por la exclusión del recurrente – cabrón- podemos deducir que no pertenece a los nuestros, tan habituados a este pintoresco “halago”; por otro lado, poco proclives somos por educación y religión, a maldecir con augurios y aviesos deseos…
La ciudad está de Romería y la policía descuida la ciudad y la deja al pairo por las aglomeraciones o las procesiones… y el “botiquer” que se queda sólo ante el peligro, y cuidando de la salud y atendiendo a los enfermos, mientras los maleantes se aprovechan de la soledad de las calles, de las horas más adecuadas para el ataque a las personas y a los bienes, que les son ajenos.