
Al otro lado del tiempo, donde los tres truhanes hablan de sus rebeldías.(Cont.IV-M)
…Y como era tiempo de la Navidad, empezaron las ocurrencias propias del tiempo, y del arrepentimiento:
-“Mi padre, me dejó de hablar aquellas Navidades, por que no quiso llevarme a Castuera a montarme en el tren y ver correr a los árboles, como los vi por primera vez cuando me llevó a Alange, a los baños romanos; y nos quedábamos los cuatro en casa de la Marijuana, mi máma, mi pápa, mi Margarita y yo, que era una señora muy vieja, pero que nos ponía de comer aquello que me gustaba, y le dije que yo no le sacaría a tomar el sol cuando fuera viejo”
-“¡ cómo te atreviste a hacer eso, sabiendo lo que tu padre te quiere¡”- pontificó el Monazillo, un poco contrariado por no tener una jugarreta semejante que contar, aunque no le faltó una idea, que, a buen seguro iba a ser más increíble que ver a los árboles correr desde el tren…
-“ le dije a mi padre que tenía que ser macho el borrrico que la burra pariera, después de las veces que el burro de Juanillón la había montado; que si no fuera así no






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