By: juanrico

Dec 18 2025

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…como el Monazillo presumía de saber lo que ocurría cuando le rozabas a una hembra por detrás, que te entraban ganas de ir a la cuadra a no sólo a mear, sino que como se ponía muy duro te apretaban las ganas de giñar, y que, las chorbas, cuando veían a un adolescente que le salía pelo debajo de la nariz – como le dijo su hermana, Luisa- les entraba muchas ganas de rozarse y comprobar que lo tenían muy duro, y con el fin de que no les ocurriera como con el Pecas, que se puso tan colorado como un melocotón, decidieron los tres bajar las escaleras del baile,y sentarse en el altillo del ayuntamiento, que, aunque estaban don Alfred, el Hitchcot, don Juan el médico, y el Gatito, que era el escribiente del alcalde, don Manuel, el maestro, que era un hueso muy duro de pelar, que repartía palmetazos con una tabla muy dura a los que se equivocaban en la tabla de multiplicar o confundían de significado las palabras, y el Zorrero, muy pendenciero y vociferante para espantar a los niños de la plazoleta,- a los que los levantaba de una oreja al tiempo que le chillaba: “ como te coja otra vez, te vas a enterar de lo que es bueno, jodío polarma”-que hay detrás de las escuelas para no espantar a las gallinas que se revolcaban en la tierra o buscaban lombrices para comer, y además el maestro al que los vecinos le llamaban el Perdigón, por su interés por la práctica cinegética del aguardo de la Perdiz, a la que apodaban la Buscona…y Andrés del Casino le contaba a los mozos que, si querían ver a la Buscona y cazar al Perdigón tenían que vestirse de fantasma por la noche, con una sábana blanca y una linterna, con las luces del pueblo apagadas, que él mismo se encargaba de hacerlo, pues era empleado de la empresa de la luz de Castuera en las noches de luna nueva, y verían cómo el Perdigón cazaba a la perdiz -le oyó decir al Piti contárselo al padre de Lolo en el bar de la parada una tarde…