
Al otro lado del tiempo. Continúan las correrías de los tres rapaces. Cont. V-R
– Anoche los mozos cantaban por las calles, y voceaban que unos novios se habían vuelto a juntar, y con latas atadas a una cuerda chillaban, que arrastraban por las piedras de la calle, y las viejas abrían los postigos de las puertas para conocer a los quintos que cantaban, ” ya se han juntao, ya san juntao;, ya tienen mujer, marido, suegro y suegra, y cuñaos…”eran el Culobajo, el Culoarrastro, el Cagaté, Paquito del Secretario, el Gorriato, Agustín el Pintao, Diego Diegales, el Saltacorrales, Manuel, el de la Elia; Elías, el del fabricante, que tenía fama de listo, que leía poesías de Becquer de socorrido, y sabía componer canciones picaronas a las mozas calentonas del pueblo, al que se lo rifaban unas y otras y se pegaban por camelárselo; Braulito, que su padre el zapatero Remendón lo había apuntado a los Carmelitas de Hinojosa para que se hiciera un fraile de provecho el día de mañana, y otros tantos entre niños y niñas de la escuela de don Luis y doña Fuensanta que se unieron a la comitiva, y a los que no distinguían las caras por ser de noche, y además porque las bombillas de las esquinas estaban fundías; y los que tenían perros los soltaron para unirse a la fiesta, que don José, el párroco llamó al sacristán, Moisés, para que ordenara al campanero, el Bichiito, enemigo de los hermanos Cuervos, que repicara las campanas para celebrar la fiesta…





