By: juanrico

Sep 20 2025

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Ya habían transcurridos unos días desde la discusión acalorada entre el Pecas, su primo el Lolo, y el Monazillo, cuando le anunciaron tanto el Pecas como el Lolo que iban a dejar las correrías de los tres, porque tanto la abuela del Lolo como el padre del Pecas habían decidido que, como las clases particulares en casa de Juanortiz , bajo la tutela de doña Pura Barroso, maestra joven y soltera, no les hacía progresar en las cuentas y lectura, y que sólo progresaban en la picaresca de verle los muslos a la maestra y rozarle los pechos con disimulado recato, y mirarles el culo a las hijas de Juanortiz, sobretodo a la María, que tenía unos muslos tan redondos como nunca habían visto antes, y, como relataron los tres, que las bragas no siempre eran blancas, sino de colores; y que había empezado a hablar con un bodeguero de Zalamea, que, tenía mucho dinero, y le regalaba vestidos a la moda, que compraba en los mejores comercios de Don Benito, en Logarni,y en los Almacenes San Rafael, y los zapatos en la zapatería Nogales, que le costaba muchas perras, billetes verdes y todo; que ella se probaba en el retrete delante del novio, a los que fisgábamos entre las cortinas, y, según dice el Lolo, se le endurecía el pito,y le costaba mear, aunque le echara al remojo con agua del Pozo, que doña Pura no le ablandara siquiera con la mano y el estropajo al aplicarle el ungüento entre la piernas; y, el Monazillo se partía de la risa cuando se lo contaba el pavo del Lolo por la noche, a la orilla de la laguna…
-nos llevan a la Academia del Gordo, en Zalamea, para hacer el preparatorio del bachillerato- le anunció el Pecas al Monazillo aquella tarde de primero del otoño. Y te quedarás sólo: no irás a la Viña Romero a buscar nidos de silguerillas, ni pescarás con nosotros los tritones en el arroyo De la Fuente, ni irás con nosotros al cine de Hilario de las Sardinas, ni le levantarás la saya a la Felisita, que yo no te querrá de novio, por que no vas a estudiar el Bachilerato. Sólo aprenderás a sembrar melonares, a arar los barbechos, a recoger aceitunas, y llevar a la burra a Juanillón, que la monte su burro, y veas el pito tan grande y largo como el gañote de las cigüeñas, y mearás con dificultad después de ver al burro de Juanillón encima de tu burra…

-mi mama quiere que sea un mancebo en la farmacia de don Fernando, y sea un hombre de provecho, como su padre, que estuvo de mancebo en la farmacia toda su vida- argumentó en su descargo el pánfilo del Lolo, el Monazillo…