Al otro lado del tiempo.Continúan las aventuras de los tres rapaces, y el primer baile del Pecas (IV-J2)

By: juanrico

Apr 23 2025

Category: Uncategorized

A pesar de las advertencias de don José a las hijas de María y a los jóvenes de Acción Católica, los mozos se disponían a bailar “ el arroz pegado” con la pube mas atrevida: aquellas que el escote insinuaba con mas descaro las protuberancias de los pezones a través de los coletillos que las abuelas, sabias, les habían confeccionado con la picardía del atrevimiento que las pusiera en mejor ventaja ante los ojos saltones de lujuria, que brotaban de sangre enardecida del deseo sobre las elocuentes órbitas de los mozalbetes de Acción Católica…

Los consejos de las abuelas sobre la inclinación de los mozos a apretujar los pechos de las Hijas de María, mientras siguiendo el compás de la música, las sujetaban con fuerza por la cintura con el brazo derecho, al tiempo que con la mano izquierda entrelazaran los dedos de la derecha de la joven a la altura del hombro izquierdo de su pareja, siguiendo las recomendaciones de la abuela, se disponían a clavar el codo del brazo derecho en el pecho izquierdo de su pareja, como ariete de contención a la fuerza del antebrazo del joven…

El Pecas se sentía henchido de vanidad delante deMonazillo, y el primo Lolo, observando moverse con agilidad y estilo en medio de la pista del baile en los altos del casino de Andrés de Tomás, atenazado a una de las más bellas jóvenes del baile, y además estudiaba para maestra en la capital, que se movía con mucha soltura, y miraba de reojo a sus amigas, intentando lucir no sólo el mozo al que estaba abrazada, sino también el vestido nuevo que le había confeccionado la sastra del pueblo, la Elia, que cortaba los vestidos con mucha profesionalidad ,y estilo…

Al ver Agustín que tanto el Monazillo, como el Lolo y el Pecas se morían de envidia, de esa que llaman sana, y los ojos saltones como platos, que parecían soñar en el día que le saliera pelos en el bigote, y pudieran abrazar a alguna de su edad, le susurró a Pepa algo al oído, y se aproximaron a los tres bobalicones apostados a un lateral de la pista. El Pecas había estrenado un traje nuevo de azul marengo, cuyo corte terminaba por encima de la rodilla, dirigiéndose Agustín al Pecas, le espetón con descaro…

-¿ quieres bailar una pieza con mi hermano? Invitó a Pepa que bailara con el Pecas, al que abrazó por la cintura, y su cabeza empezó a dar vueltas tantas como el movimiento de las caderas de la moza le exigía…

-¿Te estás mareando; lo veo por el sudor que te corre por la mejillas, y siento tu cuerpo muy cerca de mis caderas, a pesar de ser muy joven ?

El Pecas les contó al Lolo y al Monazillo, que al sentir el cuerpo de la moza pegarse al mío, sentí algo muy extraño, que nunca antes le había acontecido; únicamente cuando sentía muchas ganas de mear… Que sólo aguantó una sola pieza porque se sentía muy raro, y con muchas ganas de orinar, de salir al corral de Juande Martos y regar alguna maceta…

Nick Momrik

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