
Al otro lado del tiempo. Continúan las trastadas de los tres lebreles (IV-K)
Apostados en las tozas de la Laguna, el Pecas le recordaba al Lolo y al Monazillo que había escuchado al Rabiche, el líder de los “Grandes” que le preparaban a los “gitanos” de Arriba- de- la- Villa, de Zalamea, una emboscada, después de ver en el cine de verano de Hilario de las Sardinas“El llanero solitario”, que protagonizaba el Valiente -Gary Cooper- del que los “chinos” y “los coreanos” del pueblo consideraban que era el más valiente de todos los vaqueros, y entre las mozas, el más guapo, que le abultaba mucho en los pantalones de remaches de los americanos, y que el colt, caído hacia un lado, con la empuñadura de madera hacía resaltar aún mejor la talega de los pantalones vaqueros, del que la Pepa había dicho que le gustaría fuera su marido de mayor.
-“ Cuando se monta a caballo, se le señala la portañuela tan abultada, y ese culo tan ajustado a los vaqueros azules, que cuando estoy en la cama… me aprieto mi empeine, y suda como si estuviera meando”-casi tan alto lo contaba Pepa a su confidente, su prima María, de Juanortiz, que todas las amigas soñaban hacer lo mismo en la cama, y comprobar que se humedecía también el cepillo.
– “No voy a perderme ni una de las películas de vaqueros, donde trabaje Gay Cooper, aunque me gustan más las de amor, baile y besos” -puntualizaba la Julia, la hija de Hermógenes, que confesaba que tenía inclinación a hacerse monja cuando terminara la carrera de maestra.





