
De la ciudad diáfana y alegre, a la ciudad triste y melancólica de Salamanca – viaje al Tiemblo- (Cont)
Maxime mulieres difficiles sunt.
.-“ la huelga de aquel curso me había permitido profundizar con más aplomo científico a la aproximación de la Historia de España, que el profesor de Arqueología, don Juan de Mata Carriazo, descubridor del tesoro de los Tartesos en Itálica, el tesoro del Carambolo, cuya asignatura me había dejado pendiente en la Universidad de Sevilla, con los problemas que me iba a ocasionar al iniciar la especialidad de Filología en Salamanca, aunque nunca me calificara de “suspenso”, argumentando que la redacción del examen no se ajustaba a un enfoque científico; que más bien se ajustaba a unos enfoques de Enseñanza de alumnos de colegios clericales…”
Aunque Granada parecía estar interesada en mi relato académico, el brillo de sus ojos la delataba…
-“¿ tu crees que Manolo estará dormido ya?” Sus palabras no delataban una cierta inquietud por mis avances intencionados por encima de sus rodillas, y por la zona inferior de su muslo izquierdo, que el vestido de punto de color rosa, que ella misma había confeccionado durante el otoño anterior, no se recataba en cubrir la intimidad más ocultada de su pierna. Permitía que mis caricias se deslizaran libremente hasta zonas aún mas íntimas…
-“Voy a mirar en el dormitorio, y comprobar que había dejado de leer la novela de Jane Austin, Orgullo y Prejuicio, de la que tenemos programado un trabajo para d. Javier Coy, el catedrático de Literatura Inglesa, que debemos defender en público antes del examen escrito”
-“No, en absoluto me inquieta que su vigilia nos interrumpa mi apasionada entrega a tus irrefrenables propósitos”-añadió Granada a modo de justificación más que por el hecho de ser interrumpidos en nuestros escarceos, su inquietud aparentemente le preocupaba el confort de Junior en la cama, que ella misma ocupaba siempre que sus primos concurrieran de nuevo en casa de sus tíos, al tiempo que metía su lengua en mi boca, que con habilidad alternaba con el balbuceo de sus oportunas palabras…





