
Al otro lado del tiempo. Continuan las aventuras de los tres mequetrefes (Fue por la Navidad de aquel lejano invierno) Cont.IV-H
“Dame el aguinaldo, carita de rosa, que no tienes cara de ser tan roñosa”
Canturreaban en grupos pequeños y mozalbetes por las calles del pueblo, de casa en casa, por si la suerte les entraba de cara, y podían sacar unos cuántas leandras para la película en el cine de Hilario, o pagar la entrada en el baile de Piti… Sin embargo, las pretensiones del Lolo, el Monazillo y el Pecas eran más ambiciosas; al Monazillo Los Reyes le echaron carbón, pues ya sabía cómo los burritos venían al Mundo, toda vez que su padre ya le encargaba de llevar la burra al semental de Juanillón, para que la dejara preñada y pudiera parir un borrico al año o así; al Pecas, se justificaba su hermana Carlota, advirtiéndole de que “ya sabía, quién eran los Reyes Magos”, y no esperara la culebrilla de mazapán ni el turrón de otros años. Sin embargo, el primo Lolo, sabía que, a pesar de saber quiénes eran los Magos, los Monarcas de Oriente iban a ser generosos también aquellas Navidades; pues, trasteando en el dormitorio de su abuela de Arriba, en uno de los cajones de la ropa de la abuela, había encontrado una caja de muchas estampas y colorines, sobre la que se dibujaba una máquina de cine, con películas de dibujos animados, en letras grandes, decía Cinexín o algo así; por lo que sospechó que él sería el destinatario de tan envidiado juguete…por lo que deseaba que el día de los Reyes llegara cuanto antes, a ser posible antes del Día Seis…





