
Cuando las lecciones particulares de dña Pura terminaron…
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Se había puesto el sol, como todas las tardes, por Zalamea, por la charca, y unas nubes de tormenta amenazaban con desencadenar una noche de relámpagos y de truenos,pero que tanto al primo Lolo y a mi nos preocupaba que el Monazillo se fuera a la puerta del tìo Curro a pasar la noche hasta que escampara, pues como el tío Curro era muy temeroso de los truenos, fue uno de los primeros que levanatara un pararrayos en la techumbre de su casa…
-A mi no me dan miedo los rayos, porque es como si estuviéramos en al feria; pero lo que me hace perder el sueño son los truenos, que despiertan a las bestias y no hacen otra cosa que relinchar hasta que pasa la tormenta…y, peores son los cochinos, que no hacen más que gruñir, y a mi ni me importa que relampagucé la tormenta, pero que no haga runtuntún, que los asusta y no engordan…
-Tú has sido siempre un cagòn -lo dicen todos en la escuela de don Luis, y por eso no quieres subir al campanario a doblar por los muertos el día de los difuntos; y eso que don José te da dos reales, te paga las migas y te puedes beber una botella de vino del Romillo, que es el que don José, el cura, convierte en sangre en misa!
-Vosotros sois los dos unos cagones, que, desde que viste a la mujer que se ahogó en la Cerca de tu abuela, no salís de casa cada vez que hay un entierro, aunque sea de tres curas, y canten el Piti mea o como se diga …,
-Eres un trolero, Manolo; nosotros vemos las penículas de miedo que trae Hilario de Castuera con la caja de sardinas los domingos; y, no te digo de las pelìculas del oeste que matan a los indios como moscas…
-Además, te cagaste de miedo en la Viña Romero cuando mi primo el Pecas te abrió la cabeza de una pedrada; y sobre todo, cuando te hiciste el valentón tragándote el tritón que pescamos en la laguna, y vomitabas como Piedalillo cuando se ponía a hita de vino del Romillo, que el cura lo hacía sangre en la misa de los domingos, en el casino de Andrés un día si y otra noche también.





