
Cuando la pandemia parecía terminar…(Continuación)
* Aquella noche, María Jesús, la hija mayor del Isaac había traído al baile una colección de “singles” que los Reyes Magos de aquel año le habían dejado caer por la chimenea… A pesar de no ser tan mayor, María Jesús fumaba una marca de cigarrillos americanos, que, por cierto, me mostró la cajetilla de color blanco y letras entre doradas y rojas, que se leía raro, como algo así “Chesterfield”, de lo que sorprendía incluso a la pandilla de estudiantes de Zalamea que solían cortejarla.
* – “Es la más guapa de tu pueblo: tiene una cara regordita y rellena, como de ‘melocotón’, nos decía Ubaldino, el Percha, que quería ser maestro, y nunca hacía guerrillas, después de La películas del Oeste, que, los domingos don Hermógenes, el médico del pueblo, traía al cine; vestía ropa de confección, de una sastrería de Zalamea, que no tenía nada que ver con los vestidos catetos, de las chorbas del pueblo, que, la sastra Felícita les cortaba en sus casas, o la modistilla del Cojo Frasquillo, que había terminado los cursos de modistas de Alfa, que, casi llegaban a los tobillos, pero que por detrás eran plisados y se les notaba la raja del culo tanto, que al bailar el rock de Paul Anka, con tan poca pericia, los mozos de su edad esperaban que aterrizaran en el suelo con la intención de ayudarlas a levantarse, y de paso, aprovechar la ocasión para acariciarles los muslos…
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