Elecciones al parlamento Europeo
Un 34 por ciento de votantes, que no todos demócratas, han expresado su voluntad política de la única forma civilizada posible, a las 20.00. ¿ Son muchos o pocos o suficientes ? La verdad es que en mi opinión, únicamente los ciudadanos que votan deberían ser ciudadanos de pleno derecho. Esto es, poder disponer de todos los recursos legales para reclamar y litigar; los que no ejercen como ciudadanos demócratas deben tener un resentimiento con el sistema, que puede estar justificado aunque no sea la mejor forma de practicar el derecho al pataleo.
A modo de sugerencia: ¿ Interesa a los países democráticos tantas y tantas convocatorias? Muchos ciudadanos empiezan a cansarse… ¿sería acertado, recurriendo a la proporcionalidad, ahorrarnos convocatorias? Abundando en esta cuestión, ¿ Si se suprimen las elecciones autonómicas y generales, permitiríamos las municipales -imprescindibles por la cercanía al ciudadano- y las europeas como superestado del mundo mundial?
No interesa a los políticos, que, como funcionarios ejercen como tales y además adjudicándose suculentos emolumentos y dietas…
Nos pasamos cuarenta años exigiendo al régimen autocrático el derecho al voto: ¿ Podríamos colegir por ello que los abstencionistas no son demócratas? Formalmente podríamos afirmar por lo menos que no son muy devotos con el peor de los sistemas si descartamos a todos los demás – parafraseando a W. Churchil. Formalmente, podríamos sospechar que regímenes tales como el militarista de King Jong o el totalitario de Hun Jintao o el revolucionario de Castro o Chaves o el religioso de Almadineyah o el pretendido por el pope Setien en el País Vasco les vendría de “perilla” a sus objetivos. Me inclino por pensar que no es esta su razòn o sus razones: ¿ Cabría pensar que los simpatizantes de Izquierda Internacionalista, filoetarras, se distinguirían por su devoción a los principios democráticos? Creo que estos terroristas usan la democracia con fines espúreos, que embelequen a sus adláteres con soflamas política que no encajan en el siglo XXI, y menos con propuestas de un lunático como fue Savino Arana, aunque menos iluminado que el orate de Arzallus.
Me comentaba un viejo colega que “el no ejerce el derecho al voto desde 1977” a pesar de tener como arma de lucha contra el régimen totalitario de Franco “exijo votar porque me gusta”.
Habría que cuestionar, pues, la sinceridad democrática de muchos, que, sólo se sirven del sistema para sus propios intereses – de ahí la generalizada corrupción de muchos dirigentes